miércoles, 20 de diciembre de 2006

Sopla la vela y pide un deseo.


Cuando intento comprender el concepto de la nada, me viene a la mente una vez que Raul me llevó a navegar. Me prestó un velero y el iba en el suyo. En el agua él me enseñaba y me decía como debía ajustar la vela y el timón. Estoy casi seguro de que en algún momento mencionó algo de lo vació que resultan las reglas en si mismas, en donde el navegar es una competencia y el ganador, aquel que se relaciona mejor con la madre naturaleza y la entiende.

El vacio, en el caso de un bote de vela, está presente cuando esta adopta la forma cóncava característica, impusándolo. La misma forma cóncava la utilizan las ventosas las cuales en este caso utilizan el vacío no para moverse sino para fijarse y quedar adheridas en paredes y hasta techos. Sorprendente, ¿no? Ciertamente lo es cuando entiendes como el vacío hace que las cosas funcionen. Está presente en muchos de los fenómenos físicos, como el eje de la rueda que está fijo y son los rayos los que se mueven en torno a él.

Raul me decía que ser un buen navegador de veleros es reconocer que hay un limite en el conocimiento de navegación. Porque encontrar el punto donde la vela se pone cóncava, ni muy floja ni muy tensa, es una vaina encontrarlo, porque nunca se queda quieto en un punto. Hay que adaptar la vela y el rumbo del bote constantemente y no existen reglas especificas para encontrar ese punto. Entonces, el que sabe navegar sabe que no sabe y tiene que estar en contante adaptación de las condiciones del viento. La navegación de veleros además exige que el navegante aprenda lo suficiente sobre el tema como para darse cuenta de que lo que sabe no le servirá de mucho en los momentos cruciales. Es decir, hay que llevar el conocimiento hasta donde se sepa que no todo se sabe y que puede que no se esté preparado. Saber que no se sabe NADA. 

Es así como asumo que para hacer que mi vida avance debo buscar ese punto donde no hay conocimiento, referencias ni seguridad. Comprender que vivir creativamente es comprender que no hay reglas para vivir. Es así como entiendo que el origen de toda creación, Dios mismo, es la Nada de donde surge Todo.

Raúl documenta sus competencias de velero en www.teamaguayo.blogspot.com 

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